AUTOCUIDADO EMOCIONAL
En
este tiempo en el que hemos dado mucha importancia al cuidado
(familia, cuerpo, casa…), necesitamos abrir un capítulo sobre una
parte del cuidado: el autocuidado emocional
Es
importante tomarnos tiempo para “conectar con nosotros mismos”,
para ser conscientes de lo que hemos vivido en este tiempo ,
entendiendo que la vivencia del confinamiento ha sido distinta para
cada uno de nosotros.
El
autocuidado emocional nos permite hacer de nuestras emociones,
nuestras mejores aliadas en el día a día y no sólo en tiempos de
crisis
Las
emociones son parte de la vida. Entre las claves para el cuidado
emocional está por encima de todo la aceptación.
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SUGERENCIAS PARA NUESTRO CUIDADO EMOCIONAL
Te animamos a adoptar una actitud de querer mirar por un momento lo que estás sintiendo, a mirar dentro de tí por unos instantes.
REFLEXIONA
SOBRE EL PROCESO VIVIDO Y LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS QUE SE HAN
DESPERTADO:
¿Cómo
estoy (tensiones, miedos, resistencias)? ¿Qué me ha pasado en este
tiempo? ¿Qué necesito? ¿Qué he aprendido? ¿Qué me ha supuesto?
¿Qué me ha sostenido?.
ATIENDE
A TUS EMOCIONES
Date
cuenta de que algo te está pasando, posiblemente cierto malestar…
Intenta no ignorarlo o minimizarlo, que puedas escucharlo con
curiosidad y sin juicio…
Si
lo primero que te sale es "ANSIEDAD", no te asustes,
confía... reconoce esa ansiedad y tómate un instante para mirar qué
otro sentimiento parece estar ahí abajo (porque tu ansiedad es el
resultado de sentir miedo y no poder hacer nada, de sentir rabia y no
poder expresarla, de sentir soledad y saberte invisible...). Vamos en
busca de esa emoción más difícil o menos a la vista.
RESPIRA.
Ponte
en una posición cómoda (te recomiendo sentado/a) y relaja tus
brazos y piernas. Respirar te va a ayudar a volver al presente, a la
realidad de ti mismo/a aquí y ahora. Notarás un alivio tensional y
muscular
Inspira
profundamente
Aguanta
la respiración
Suelta
el aire
NOMBRA
LA EMOCIÓN O ESA SENSACIÓN
¿Qué
estoy sintiendo?
Puede
que encuentres un malestar global o difuso… Mira más adentro de
ti, cierra los ojos y vuelve a respirar profundamente. Siente tu
cuerpo, y pon consciencia en la parte central.
Acepta
aquello que venga y dale un espacio en ti. Respira de nuevo y observa
con curiosidad…
Nombra
lo que estás sintiendo ahora y valídalo. Afirma dentro de ti: “Sí,
vale. Es esto lo que estoy sintiendo y voy a permitir que esté aquí
conmigo en este rato”. Permite
que estén ahí, aunque sean desagradables. Intenta entender qué
mensaje te están queriendo transmitir.
PREGÚNTATE
QUÉ NECESITAS.
Qué
necesita esta emoción para aliviarse, hacia dónde te guía…
MÍRATE
A TI MISMO/A CON CARIÑO.
El
malestar vivido no tiene por qué ser signo de debilidad o
fragilidad, sino que puede ser una señal de que necesitamos seguir
desplegando potencialidades aún no emergidas en nosotros. Es tiempo
de seguir creciendo desde la raíz. Prueba a dirigir tu mirada hacia
el interior y enumera lo siguiente:
Tengo
derecho a llorar.
Tengo
derecho a romperme.
Tengo
derecho a despedirme.
Tengo
derecho a quebrarme.
Tengo
derecho a… (añade otra frase que pueda encajarte más).
Para
terminar,
EXPERIMENTA
LA NECESIDAD DE #CONFIAR
Mira
más allá, dota de sentido la vida (espiritualidad), restableciendo
la confianza y se agradecido/a (por la vida, el trabajo, la familia,
por lo aprendido, por el trabajo bien hecho en este tiempo, por
sentirse afortunados por lo que tenemos, por la ayuda recibida…).
ESPERAMOS
QUE SEA DE AYUDA